domingo, 23 de noviembre de 2014

Filosofía Humanístico-renacentista

El propósito principal de filosofía humanística es exprimir directamente de la antigüedad clásica propiedades de la cultura y de los valores humanos, dejando de un lado a las teorías filosóficas de la Edad Media, motivo por el cual hasta la actualidad es considerada por algunos críticos como una postura anti filosófica. Por ello a los humanistas se les llamo filólogos en ves de llamárseles filósofos.  Al propagarse velozmente el movimiento renacentista uno de los propósitos más importantes y urgentes de la filosofía era dejar atrás toda la mentalidad medieval y percibir de una forma distinta y fresca los ideales de los antiguos filósofos y así renovar la filosofía de la época.
De este modo duramente el periodo humanístico-renacentista, el aristotelismo y platonismo vuelven posicionarse con gran influencia en el campo filosófico. 

Uno de los filósofos humanistas más importantes es Nicolás de Cusa (1401-1464). Cusa entro en relación directa con la filosofía griega, debido a que durante algún tiempo de su vida lo dedico a viajar; hizo una viaje largo por toda Grecia lo que lo llevo a familiarizarse con los estudiosos y teólogos griegos de mas influencia de la época. Para Cusa el conocimiento solo se podía alcanzar cuando existía un balance proporcional entre lo que se conocía y aquello que no era conocido.
Sostenía que para que hubiera un equilibrio en el mundo se necesitaba de la existencia de Dios quien  era el grado máximo del ser (es decir lo infinito) y que el hombre era su contraparte es decir lo finito. Su obra más importante es la docta ignorancia en la cual se habla sobre la base y el límite del conocimiento que puede alcanzar el ser humano, de lo contrario si el hombre cree y pretende que conoce todo incluso aquello que no es posible conocer, es la causa principal de que se caiga en el error, y una no estaría alcanzando el conocimiento. Uno de los objetivos principales de la docta ignorancia es que el hombre se pueda reconocer ignorante y que acepte que cualquier conocimiento que adquiera, jamás será la verdad a absoluta, sino que sólo será una pequeña suposición de lo que sabe. 
 


                                                                                                                 Elizabeth Pintor Cervantes 

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